¿Qué pasa?, ¿Qué pasó?, ¿Qué pasará?
-No sé.
¿El por qué?, ¿El quizás? o ¿El cuál?
-¿Qué más da?
Y el ahora se derrite
en la mantequilla de la tostada
de cada mañana, rutina,
de lunes a viernes.
¿Y el sábado?
-¡Gloria!
Pero tormento,
por el momento
que maldigo:
¿Cómo? ¿Luego? ¿Va? ¿Quizás?.
Domingo:
suspiro de la semana.
Resaca de vivencias
y puerta de la proyecciones
de días que quedan por venir.
Blasfemias de un porvenir.
Inútil por un:
¿Qué pasa?, ¿Qué pasó?, ¿Qué pasará?
-No sé.
¿El por qué?, ¿El quizás? o ¿El cuál?
-¿Qué más da?
Capea