Me dices que no,
porque no te da la gana.
Me dices que no,
porque no quieres.
Porque ya ni tú te aguantas.
Porque ya a todos espantas.
Porque tu buen humor
ya se ha esfumado.
Porque pasas el día encerrado.
Ahora no te extrañes
que te dé la espalda.
Tú ya no me impones,
me das lástima.
Porque no estás vivo.
Porque cuando menos te lo esperes
ya me habré ido.
Capea