La tristeza instauró
en ti el invierno.
Nevando copos de inseguridad y pena
creando una bola de desidia
que te hace correr delante de ella.
Ahora que vas cuesta abajo
y no puedes subir hacia arriba
dónde están los problemas,
qué temes más que el frío
del que estás siendo parte.
Yo te doy mi mano
regalándote una cerilla
tú puedes encenderla o tirarla.
Aunque tus (in)acciones
pueden influir en la bola
No lo permitas, o te arrollará.
Cambia de sentido
enciéndete de valor y fuerza
ve al revés.
Para que un día
de la bola
te puedas deshacer.
Capea